Tuesday, November 07, 2006

"Sombrero de Sao" da su fruto: Una Ley

Paurito es una población del norte cruceño, dentro de la jurisdicción del municipio de Cabezas que tiene 27 mil habitantes. A 30 kilómetros de la ciudad de Santa Cruz se levanta ese pueblo que ostenta con orgullo dos cosas: Primero, su antigüedad de 385 años (se fundó el 2 de febrero de 1621); segundo, su condición de santuario mundial de la Palmera de Sao, tesoro vegetal que cubre 750 hectáreas del territorio pauriteño y que es fuente centenaria de la materia prima para fabricar el famoso sombrero de sao que lleva de apellido el nombre esa palma preciosa como timbre de calidad.

El sombrero de sao es una obra maestra de artesanía rural, progresivamente mejorado en calidad y embellecido en su forma por sucesivas generaciones de artesanos nativos de Paurito en más de tres siglos. También constituye un símbolo cultural del oriente boliviano, pues forma parte fundamental de la vestimenta típica rural en el trópico cruceño.

Pese a esas características tan relevantes en el oriente boliviano, hasta hace unas tres décadas el sombrero de sao era poco conocido y míninamente apreciado en los departamentos altiplánicos y vallunos del occidente donde por costumbres y tradiciones el fieltro es amo y señor en materia de sombreros, tanto para varones como para mujeres, sean del campo o las ciudades.

Los habitantes del occidente sabíamos que nuestros connacionales en el oriente del país usaban un sombrero muy bonito llamado *de sao* aunque, a decir verdad, no todos teníamos idea precisa respecto a su materia prima de origen vegetal, una fibra vistosa, fina y resistente extraida de la palmera de sao.

Esto fue ratificado por el presidente Evo Morales, la semana pasada cuando visitó Paurito para entregar la Ley de la Palmera de Sao que declara área protegida a 750 hectáreas donde crece esa palmera. Sin duda, esta es una de las buenas leyes de su gobierno.

En esa ocasión Evo dijo: “Antes usaba sombrero de sao, pero no sabía de dónde venía, ahora ya sé. Pero no solamente debería terminarse en una simple conservación de la palmera de sao, sino de difundir este hermoso sombrero de sao. Así como en el altiplano el poncho es un símbolo, de esta región de Santa Cruz, amazónica, debería difundirse bastante el sombrero de sao.”

Para no dejar su elogio en el simple discurso, Evo instó a los artesanos de Paurito a ponerse manos a la obra para fabricar cientos de sombreros de sao que serán comprados por el gobierno para obsequiarlos este fin de mes a delegados de treinta países que llegarán a Santa Cruz con motivo del Encuentro de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD) entre el 29 de noviembre y el 1 de diciembre.

Excelente iniciativa presidencial. A fin de año, justamente en Navidad y Año Nuevo, tendremos cientos de sombreros de sao luciéndose en igual número de honorables cabezas extranjeras por los cinco continentes.

Generalmente la fama de los sombreros emerge de sus calidades y cualidades como prendas vestir; sin embargo, el caso del sombrero de sao en Bolivia es excepcional, pues, no fue en los moldes de la sombrerería sino en las alas y sones de la música folclórica que el Sombrero de Sao fue catapultado hasta la cumbre de la fama, primero en ámbito nacional y luego más allá de las fronteras.

Podría suponerse que el responsable de este extraordinario suceso pudo haber sido algún genial músico y cantautor consagrado, pero, lo cierto es que el taquirari *Sombrero de Sao* fue obra de un talentoso joven beniano, poeta de nacimiento, Pedro Shimose quien, apenas egresado como bachiller, llegó a La Paz para hacer sus primeras armas periodísticas en PRESENCIA junto con otro joven también del Beni e igualmente talentoso, Harold Olmos. Hablamos aproximadamente del año 1965.

Shimose y Olmos tocaban muy bien la guitarra, unas veces a dúo y otras, cuando se les juntaba un paisano guitarrero, lo hacían a trío. Me atrevo a decir que el estreno del taquirari “Sombrero de Sao” en La Paz no fue en ningún teatro -como podría suponerse- sino en la Redacción de PRESENCIA, después de un cierre de edición. A quienes tuvimos el privilegio de oír “Sombrero de Sao” interpretado por un conjunto del cual formaba parte su propio autor Pedro Shimose, nos pareció que el juvenil trío beniano nada tenía que envidiar a “Los Panchos”. Aplaudimos a rabiar, los obligamos a repetir tres veces el taquirari e improvisamos un festejo bullicioso al calor de unos “chuflayes” con singani San Pedro y Ginger Ale. ¡Qué tiempo aquel!

Para terminar transcribimos la letra del ahora famosísimo taquirari “Sombrero de Sao”:

A esa pelada yo le regalaré
para la fiesta un sombrero de sao,
pa` que se tape y me tape a mi también
cuando yo la bese, debajo el orocó

Si en la tranquera me pilla su mamá,
con mi sombrero yo la saludaré

-A usted señora. Yo le contestaré

- Señora, buenas tardes. ¿Cómo le va a usted?

- Flojo, buscavida, sinvergüenza, qué querés...

- A su hija doña esta, ¿a quien más ha de ser?

- ¿Acaso con canciones la vas a mantener?

- Con canciones, no señora...
con este corazonzango...y mucho amor.

MINUCIO

- Comentarios al e-mail: boliviscopio@hotmail.com