Wednesday, October 18, 2006

¿Atentado fallido o delirio de persecución?

La noticia de que el presidente Evo Morales se siente amenazado de muerte y que por eso usa chaleco antibalas en algunas presentaciones públicas dio la vuelta al mundo ayer, cuando el vespertino francés "Le Monde" y la agencia noticiosa alemana DPA difundieron declaraciones suyas durante una entrevista concedida a esos medios en días pasados.

Esas publicaciones señalan que el atentado contra la vida del presidente tenía de producirse el pasado jueves 12 de octubre, durante la concentración de clausura del Primer Encuentro de Pueblos y Nacionalidades Indígenas de América (Abya Yala) en la Plaza de los Héroes de la ciudad de La Paz.

El plan del magnicidio habría abortado gracias a la oportuna advertencia del comandante general de la Policía quien informó a Evo Morales que "veinte especialistas militares veteranos" habían venido desde Santa Cruz para asesinarlo. En conocimiento de este complot el presidente decidió protegerse usando un chaleco antibalas durante la concentración indígena en la cual fue orador principal.

Según "Le Monde", en su denuncia Evo sindicó como involucrados en "esa terrible conspiración" a la oposición de derecha en concomitancia con el prefecto de Santa Cruz y la Embajada de los Estados Unidos en La Paz, con el propósito de frenar la nacionalización de los hidrocarburos y hacer fracasar a la Asamblea Constituyente.

No es la primera vez que Evo Morales lanza denuncias de grueso calibre como la que comentamos, sin presentar ninguna prueba que las respalde. Eso ha dado lugar a que la palabra presidencial vaya perdiendo credibilidad, pues él denuncia repetida y clamorosamente confabulaciones para asesinarlo...y luego no pasa nada. No hay investigaciones policiales o del Ministerio Público, ni se sigue ninguna acción judicial contra los presuntos conspiradores.

Ahora, por ejemplo, en la denuncia se habla de "veinte especialistas militares veteranos" que viajaron desde Santa Cruz hasta La Paz para asesinar al presidente. Se dice "veinte" con precisión absoluta, no 19 ni 21. Tal certeza plena del número de supuestos sicarios hace pensar que alguien (el comandante de la Policía dio la información a Evo) pudo contarlos y seguir el rastro de su itinerario desde el oriente al occidente. El informe policial de inteligencia daba cuenta del día y lugar señalados para atentar contra la vida del presidente.

Cabe preguntar ¿por qué, conociendo en detalle el plan del magnicidio, sabiendo cuántos eran y donde estaban los confabulados, la Policía se quedó de brazos cruzados y su comandante quedó tranquilo después de advertirle al presidente que un equipo de veinte franco-tiradores planeaba matarlo durante la concentración campesina?.

Cabe admirar también lo valeroso y "macho" que es el presidente Evo Morales quien, sabiendo que estaba "en la mira" de 20 especialistas militares veteranos decididos a practicar tiro al blanco en su persona, se hubiese limitado a ponerse un chaleco antibalas para proteger su vida. Por lo visto no pensó que los franco-tiradores profesionales casi siempre apuntan a la cabeza sus presuntas víctimas porque como "especialistas" saben de la existencia de chalecos a prueba de balas. En circunstancias como esa más protector que ese chaleco resultaría un casco militar o una escafandra de buzo marino.

En fin, podríamos hacer muchas preguntas más al respecto, pero preferimos dejar a nuestros lectores que hagan ese ejercicio. Ponemos punto final con la pregunta de nuestro titular: "¿Atentado fallido o delirio de persecución?"

MINUCIO

- Comentarios al e-mail: boliviscopio@hotmail.com