Con una Declaración Conjunta -cuyo texto repite lo dicho desde hace cinco años en varias declaraciones conjuntas sobre la "Agenda de 13 puntos"- concluyó ayer en La Paz el encuentro entre los cancilleres Alfredo Moreno de Chile y David Choquehuanca de Bolivia, ambos con sus vicecancilleres.
Lo que se repite en ese documento es la expresión de voluntad para "avanzar de manera progresiva y creativa" en el propósito común de "forjar una relación bilateral de mutuo enriquecimiento, fundada en el respeto, la diversidad y la confianza que hemos venido desarrollando".
También se repite la información de que en el encuentro "se analizó el estado del avance de la agenda de 13 puntos, especialmente el tema marítimo, de recursos hídricos, el ferrocarril Arica-La Paz y los temas jurídicos y de desarrollo económico." Vale decir "especialmente" todos los temas, sin dejar margen a que se piense que alguno es prioritario.
Finalmente -lo único novedoso- ambos cancilleres dicen que "acordaron trabajar un futuro encuentro de los señores presidente de Bolivia y Chile, Evo Morales y Sebastián Piñera."
Y eso es todo. En verdad nada relevante que pueda justificar toda la publicidad desplegada por autoridades y medios de comunicación, remarcando que esta era la primera vez, después de sesenta años, que un canciller de Chile visitaba La Paz para un encuentro de alto nivel cuya agenda de 13 puntos incluía el tema marítimo. La expectativa pública en torno a lo que pudiera resultar del encuentro Moreno-Choquehuaca con relación al mar duró dos días... y se convirtió en decepción cuando salió a luz la declaración conjunta de ambos cancilleres.
Un resultado insulso. Algo parecido a lo que Esopo relata en su fábula "El parto de los montes" cuando los hombres, al sentir fuertes temblores y ruidos en la gran montaña, pensaron que eso presagiaba un parto y que nacería un gigante. La sorpresa fue grande cuando, tras tanto alboroto, salió parido un diminuto ratón.
Lo que si hizo con firmeza el canciller chileno, ahora, fue desestimar de plano y echar manto de olvido a una posibilidad de enclave costero en la provincia de Tarapacá -al sur de la quebrada de Camarones y al norte de Iquique- que había sido tema de conversaciones bilaterales durante la presidencia de Michelle Bachelet, según reveló en estos días Hugo Fernández, ex vicecanciller del gobierno de Evo Morales.
Es digno de mención este asunto del enclave porque se desarrolló en el marco de la Agenda de 13 puntos, entre los años 2007 al 2009, en la mayor reserva por parte de ambos gobiernos. Según Fernández surgió de una propuesta chilena y hubo contrapropuesta boliviana. Hubiera sido un enclave 28 Km de costa en sentido lineal, sin soberanía. En esta figura no se requería venia del Perú, como acontece cuando se habla de un corredor en la Línea de la Concordia, por territorio que antes fue peruano.
Con el advenimiento de Piñera esa idea de un enclave pasó al archivo.
¿Y ahora qué?... El tiempo nos dirá.
MINUCIO
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