Tras un progresivo debilitamiento de la precaria unidad que le daba vida, la bancada de oposición en el Senado, que respondía al nombre de Convergencia Nacional (CN), ha dejado de existir sin pena ni gloria (Q.E.P.D.)
Ahora, aquella convergencia que aglutinaba a diez senadores se ha diluido, dejando como residuo una divergencia mayúscula, agravada por la división y seriamente carcomida por el síndrome de Babel, que da lugar a que nadie se entienda con nadie, como aconteció en la bíblica Torre de Babel.
De la bancada opositora (10), que ya era poca cosa en correlación de fuerzas con la bancada oficialista (26) ahora no queda nada, pues ocho se definen como "opositores individuales" y los dos restantes se consideran "opositores independientes".
Si antes, agrupados en bancada, esos diez senadores pudieron hacer muy poco frente al aplastante "rodillo" oficialista, es previsible que en adelante -si dejan de agredirse entre ellos- sólo podrán individualmente "predicar en el desierto".
Es probable que este suicidio de la bancada de oposición en el Senado sea motivo de regocijo entre los parlamentarios oficialistas, aunque algunos sienten pena, porque consideran que la presencia de un rival y las escaramuzas verbales, le dan emoción a los debates y sabor dulce a la victoria.
Sin bancada opositora al frente la tarea legislativa será más fácil, pero aburrida. No es nada gratificante estar solo en el ring, sin un contrincante, y es aún menos gratificante pelear con tu propia sombra.
Bancada de la Oposición...¡ Que En Paz Descanses !
MINUCIO
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