La preocupación del Paraguay por un presunto armentismo boliviano, latente desde el año 2006, resurgió ahora en Asunción, pasando de las palabras a los hechos, cuando un alto comandante del Ejército, el Gral. Darío Cáceres, anunció la "reactivación" de al menos cuatro fortines militares abandonados en la región del Chaco Boreal, frontera con Bolivia. Esto demandará, según Cáceres, "una inversión de dos millones de dólares para mejoramiento de infraestructura, fortalecimiento de las unidades y capacitación del personal en el manejo de algunos armamentos modernos."
Sobre el mismo tema habló el diputado Mario Morel, presidente de la Comisión de Defensa, remarcando que "esta atención a los fortines no es ninguna respuesta al rearme de las fuerzas militares bolivianas, sino una inciativa para que cada una de las unidades militares vuelva a contar con un pelotón de 30 soldados como mínimo..." Añadió que "Paraguay no puede en estos momentos intentar nivelar su capacidad de armamentos con la de Bolivia, porque estamos endeudados y porque existen otras prioridades". Finalmente, dijo que "las fuerzas militares de Bolivia recibieron préstamo de Hugo Chávez para modernizar su capacidad bélica y, además, está en tratativas con Rusia para comprar aeronaves de uso militar."
Este rebrote de recelo paraguayo respecto a Bolivia nos mueve a recordar lo acontecido en 2006, cuando el presidente Morales durante una visita a Guatemala, camino hacia la Cumbre de Países No Alineados, dijo que Estados Unidos está queriendo propiciar un enfrentamiento entre Bolivia y Paraguay. Poco después Morales se retractó de esa afirmación, se disculpó con los diplomáticos que lo habían oído y sostuvo que no tenía evidencia de eso. Pero lo dicho estaba dicho. La retractación no fue suficiente para disipar susceptibilidades en Asunción, por lo cual el entonces ministro de Defensa, Walker San Miguel, tuvo que viajar para dejar en claro que Evo no quiso decir lo que dijo en Guatemala.
Después de ese incidente, el mismo año 2006, el periódico "Ultima Hora" del Paraguay informaba lo siguiente:
"En el cuartel fronterizo boliviano de Ibibobo, distante a 35 kilómetros del puesto militar paraguayo Infante Rivarola, se ha registrado desde hace semanas una llamativa movilización de tropas, con constantes ejercicios y acuartelamientos, lo que ha generado preocupación en la población chaqueña, debido a las versiones de roces diplomáticos ocurridos entre los gobiernos de Asunción y La Paz."
"El corresponsal de "Ultima Hora" llegó hasta esa distante base militar de Bolivia y pudo comprobar que las tropas están acuarteladas y en constante entrenamiento, pero oficiales del ejército boliviano aclararon extraoficialmente que tales maniobras obedecen a las tensiones sociales que se están produciendo internamente y que nada tienen que ver con el Paraguay."
"El diario "Ultima Hora" agrega que su corresponsal que llegó a ese lugar, pese a las restricciones ¨por seguridad", pudo observar y fotografiar a los soldados bolivianos de Ibibobo realizando entrenamiento de combate."
"A los informes sobre el acuartelamiento de tropas bolivianas se sumó la noticia de que varios militares norteamericanos estuvieron recientemente recorriendo el Chaco, inspeccionando zonas de la frontera paraguaya con Bolivia."
"El dato causó aún más inquietud a la población chaqueña, a partir de que el propio presidente boliviano Evo Morales había acusado que Estados Unidos está propiciando un enfrentamiento armado entre Bolivia y Paraguay."
"El general Oscar Isnardi, del Tercer Cuerpo de Ejército con asiento en "Mariscal Estigarribia", reconoció que los militares norteamericanos realizaron "una visita de cortesía" y recorrieron varios puntos estratégicos de la frontera con Bolivia y Argentina."
"No hay que ahogarse en un vaso de agua. ¿Por que levantan tanto polvo porque un grupo de colegas visita el Chaco? No hay que tener miedo. nosotros también vamos a visitarlos a ellos. Es una visita de cortesía que siempre se hace", declaró Isnardi."
Eso decía en aquel tiempo el periódico paraguayo.
Después, luego de varios contactos y explicaciones a niveles de ministros de Defensa y cancilleres, las aguas se calmaron...hasta ahora, cuando es notorio un progresivo enfriamiento de las relaciones entre Paraguay y Bolivia. La otorgación de asilo como refugiado polìtico en Paraguay al ex gobernador de Tarija, Mario Cossio, fue detonante para ese deterioro.
En cuanto al presunto armamentismo boliviano, alguna prensa paraguaya, como "ABC Color" echa más leña al fuego con titulares como "Evo tiene ocho bases y 9.000 soldados frente al Chaco" y "La Bolivia de Evo Morales es cada vez más militarista".
Es de esperar que, ahora, nuevamente pueda funcionar la diplomacia para mejorar las relaciones entre Asunción y La Paz, disipando desconfianzas y temores.
MINUCIO
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