MARIO D. RÍOS GASTELÚ
Pocas son las satisfacciones que en el ámbito de nuestro periodismo pueden celebrarse con orgullo, al margen de diarios que, sin duda, pasaron las barreras más auspiciosas de longevidad. Pero en lo referente a revistas especializadas, muy pocas perduran, no más allá de una década, lo que hace que los que editan la Guía Boliviana de Transporte y Turismo, levanten las copas del éxito, luego de cumplidos cinco lustros de circulación en Bolivia y, particularmente, en países a los que llega por suscripciones.
El hecho de estar en vigencia durante 25 años, es más que un motivo para elogiar a dos responsables de tan loable hecho: Martín Careaga y Julio Ríos Calderón. Careaga fue el hombre de la idea, el impulsor de un sueño que se cristalizó en el tiempo, luego de haber incursionado con incertidumbre en un medio con poca recepción de lectores.
EL COMIENZO
Fueron los primeros cinco años los que abrieron esperanzas de mejores días, consolidando una revista que, luego, entró en el público y en el ámbito especializado. La empresa de Martín Careaga comenzó a dar sus frutos.
Más adelante, hace veinte años, Julio Ríos Calderón tomó la responsabilidad de las edición de la GBT, logrando que su empeño y entrega a la información, el reportaje, el comentario y la entrevista, matizaran aquello que había comenzado con miras a la difusión del turismo en Bolivia.
Los dos responsables de las ediciones, lograron un propósito que enarbola las bodas de plata en un ambiente de aplausos y copas y en alto, como un reconocimiento a una labor que no puede pasar inadvertida, sino que merece toda ponderación, más allá de un elogio circunstancial, pues también corresponde que las autoridades nacionales vean en ésta publicación, una ventana boliviana abierta al mundo y sepan valorar el trabajo de quienes siguen en la tarea de informar y orientar.
Es así como los 25 años de vida de la GBT, no sólo fueron difusión y relaciones humanas, sino que se abrieron caminos de verdadero acercamiento entre empresas turísticas, interés internacional por el turismo y una razón confiable en la orientación que ofrecen las páginas de la GBT, ahora entre las más destacadas del continente.
CELEBRACION
La noche de la celebración en el patio del Círculo de la Unión, las voces de Julio Ríos Calderón y Martín Careaga, ilustraron las etapas de trabajo que consolidaron el esfuerzo, voces que fueron apoyadas en la proyección de un video en el cual aparece el personal de apoyo en plenas labores de impresión y relaciones públicas con la sociedad boliviana.
Cumplido el cuarto de siglo de publicaciones, los responsables de la GBT, inician el nuevo ciclo de trabajo que está dirigido a un servicio especializado que repercute en todos los ámbitos del país, porque la orientación que presta la revista, está respaldada en la seriedad, la investigación y la cooperación de quienes son parte de una gran familia entregada a difundir la belleza del país, con datos que no siempre están al alcance de visitantes, inclusive de los propios bolivianos que no conocen la grandiosidad del paisaje de su país extendido por los cuatro puntos cardinales, en una nación donde sorprende que en pocas horas se puede apreciar un altiplano inconmensurable, un valle atractivo en su colorido y clima o una región tropical con vegetación exuberante y una fauna no siempre al alcance de todo turista en países limítrofes.
Allí está el mayor logro de la GBT, porque en sus páginas recorre el mundo ilusionado de los intelectuales, haciendo realidad sueños y esperanzas de progreso.
Los 25 años de la GBT, no han sido en vano: por el contrario, son testimonio de cuanto ofrece Bolivia y cuanto puede lograrse en aras del desarrollo y el progreso.
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