Monday, January 23, 2006

¡ "AVE, EVO" !

Este fin de semana ha sido superlativamente histórico en el ámbito nacional y también internacional.

La triple proclamación, investidura y posesión de Evo Morales como Apumallku , autoridad máxima de los pueblos indígenas de Bolivia; Presidente de las Movimientos Originarios de Latinoamérica; y Presidente Constitucional de la República de Bolivia, todo en solemnes ceremonias que tuvieron lugar las dos primeras el sábado 21 en Tiwanaku, y la tercera el domingo 22 en la ciudad de La Paz, marcan el comienzo de un nuevo tiempo que ha sido ya bautizado por historiadores, analistas políticos y periodistas como “La Era Evo”.

Quizás el título de esta nota parezca un tanto exagerado por lo de “¡Ave, Evo!”, pero lo consideramos apropiado a la circunstancia, porque “¡Ave!” en los tiempos de la Roma imperial era la expresión del saludo devoto y significativo de lealtad hasta la muerte hacia los emperadores de entonces, inmensamente poderosos. Basta recordar cómo en el Coliseo romano los gladiadores, antes de trenzarse en lucha a muerte entre ellos o contra fieras salvajes, desde la arena levantaban sus armas en alto y saludaban al emperador gritando “¡Ave César!, los que vamos a morir te saludamos”.

Guardando las distancias podríamos decir que el “¡ave!” de la antigua Roma es equiparable al “¡jallalla!” aymara del mundo andino. Ese “¡jallalla Evo”! que miles de indígenas de Bolivia y originarios de otros pueblos americanos gritaron al unísono en Tiwanaku el sábado pasado cuando Evo, de pie en la puerta del Templo de Kalasasaya, mostraba a la multitud dos bastones de mando que le entregaron los Amautas para que dirija con sabiduría los destinos del pueblo.

Después, en el mismo lugar, representantes de 16 delegaciones indígenas de países americanos entregaron a Evo Morales símbolos de mando de sus pueblos y obsequios diversos, proclamándolo Presidente de los Movimientos Originarios del continente e instándole a guiarlos para poner fin a la exclusión y llegar al gobierno tal como aconteció en Bolivia. En respuesta Evo les dijo: “Hermanos y hermanas, hay que pasar de la resistencia a la toma del poder. Debemos avanzar para liberar a nuestra Bolivia y a nuestra América.” De ese modo, en Tiwanaku, el liderato de Evo Morales adquirió una dimensión internacional.

En este momento Evo Morales es poderoso, no tanto por haber asumido la Presidencia Constitucional de la República con una gran mayoría de votos que le permite un control holgado del Poder Legislativo y gobernabilidad sin sobresaltos, sino porque su poder se asienta sobre otros pilares de solidez quizás mayor que el rango presidencial, como son el respaldo decidido de los pueblos indígenas y de los movimientos sociales del país; además de la confianza y la esperanza que en su persona han depositado todos los pueblos originarios de América Latina.

Con tanto poder acumulado en sus espaldas, sabiendo que el uso de ese poder implica grandes responsabilidades y muchos riesgos, tiene sentido lo que dijo Evo Morales a la multitud en Tiwanaku: “Con mucho respeto les invito a controlarme. Si no puedo avanzar empújenme ustedes, hermanos y hermanas. Les invito a corregirme permanentemente. Es posible que pueda equivocarme, podemos equivocarnos, pero jamás traicionaremos la lucha del pueblo boliviano y la lucha de liberación de los pueblos latinoamericanos.”

Tras este razonamiento podemos concluir en que no es inapropiado que indistintamente se salude al nuevo presidente boliviano con el clásico “¡Ave, Evo” o con el autóctono “¡Jallalla Evo!”.

MINUCIO

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