A los títulos que le fueron impuestos en los últimos días, con motivo de su asunción a la Presidencia de la República, Evo Morales sumó hoy uno más, el de “Gran Ekeko” que le otorgó el Alcalde de la ciudad de La Paz, Juan del Granado, durante la inauguración de la tradicional Feria de Alacitas en la cual, no obstante ser también Fiesta de la Virgen de La Paz, impera absolutamente el Ekeko (Ekhekho), pequeño ídolo considerado dios de la abundancia porque otorga riqueza y bienestar a quienes imbuidos de fe compran el muñequito, lo visten y lo colman de presentes en miniatura para finalmente entronizarlo en sus hogares donde es objeto de veneración a la espera de milagros que conviertan en realidades palpables los sueños de sus devotos.
El alcalde de La Paz afirmó que con Evo Morales en el gobierno se inicia un nuevo tiempo de cambios profundos, recuperación de los recursos naturales para su aprovechamiento en beneficio del país y promisorias perspectivas de bienestar para todos los bolivianos. Por ser el timonel de las transformaciones que se avizoran, el burgomaestre, en nombre del pueblo paceño, proclamó a Evo “Gran Ekeko”. Luego, cumpliendo la tradición de ofrecer presentes, le hizo entrega de un canastón colmado de medidas revolucionarias en miniatura, entre ellas una Ley de Nacionalización de los Hidrocarburos, otra de Convocatoria a la Asamblea Constituyente, y una tercera de Convocatoria al Referéndum Autonómico.
Por su parte el presidente del Concejo Municipal, tras un discurso en que remarcó la creencia popular en que los obsequios hechos en la inauguración de la Feria de Alacitas se convierten en realidades, entregó a Evo un Certificado de Matrimonio en miniatura. En ese instante, a muchos miembros de la comitiva del presidente se les cortó la respiración e igualmente cundió estupor entre decenas de miles de espectadores que observaban el acto inaugural de la feria por televisión. Parecía que la autoridad edilicia estaba incursionando torpemente en la vida privada de Evo Morales quien, como se sabe, es soltero. El mismo Evo no pudo ocultar un gesto de sorpresa.
Sin embargo, todos volvieron a respirar con alivio, cuando el orador entró en detalles respecto a la presunta futura esposa del presidente. Comenzó diciendo que la novia no era una moza joven sino algo madurita, mejor dicho bastante madura, pues tenía cumplidos 180 años y marchaba saludable hacia los 181. Su nombre y apellido: República de Bolivia. Aplausos y risas de la multitud, al igual que de Evo y su comitiva, disiparon la tensión y la expectativa que por algunos instantes habían flotado en el ambiente. El presidente-novio, visiblemente complacido recibió su mini-Certificado de Matrimonio y agradeció el regalo.
La condición de soltero o solterón no resta mérito a ningún varón común y corriente; por el contrario, algunos la ostentan orgullosamente como un galardón de sobrevivencia en libertad. Para un presidente de la República, en cambio, el ser soltero se torna casi fastidioso y es motivo de atención pública. Eso aconteció con Evo Morales tras su resonante triunfo electoral del 18 de diciembre pasado. El interés de los medios de comunicación por su estado civil y por el vacío que eso motivaría en el sitial de Primera Dama cuando él asuma la presidencia, iba paralelo a la información sobre grandes temas políticos y económicos del momento.
Las preguntas periodísticas directas a Evo Morales sobre supuestos planes matrimoniales a corto plazo lo acosaban por doquier, motivando respuestas evasivas en tono de broma, hasta que un día puso punto final a la curiosidad mediática declarando que se consideraba casado con Bolivia y que así continuaría sirviendo al país. Pese a este tapabocón a los curiosos, algunos medios continúan especulando sobre presuntas novias del presidente y todos los periodiquitos de Alacitas, hoy, dedican muchos espacios al tema con gran despliegue de humor.
El diminuto Certificado de Matrimonio entre Evo Morales y República de Bolivia que las autoridades municipales de La Paz entregaron al presidente esta mañana, confirma documentalmente lo que él había dicho. Ni modo. Un certificado es un certificado. El rol de Primera Dama ya está siendo ejercido por su hermana, Esther Morales, como ya lo vimos el pasado domingo durante la ceremonia de transmisión del mando.
Es un tiempo de cambios, a todo nivel. Ni duda cabe.
MINUCIO
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