Thursday, January 19, 2006

MISILES CHINOS TUMBAN A GENERALES

Desde octubre de 2005, cuando el entonces diputado Evo Morales denunció que 30 misiles chinos fueron sacados sigilosamente del arsenal del Ejército en un operativo militar secreto para finalmente ser embarcados en un avión estadounidense y transportados con destino desconocido, el tema de los misiles chinos estuvo presente a lo largo de la campaña electoral con un alto perfil noticioso que declinó sólo momentáneamente tras el triunfo de Morales en las elecciones del 18 de diciembre y su vuelta al mundo en 10 días como presidente electo de Bolivia.

Cuando algún suceso cualquiera no puede ser esclarecido se suele decir que “es un misterio chino”, expresión que se acomoda como anillo al dedo al caso de los misiles, no sólo por ser ellos de procedencia china, sino porque no obstante las explicaciones públicas de altos jefes militares, del ministro de Defensa y hasta del Presidente de la República para justificar el movimiento de esas armas y su traslado a EE.UU., la acumulación de mentiras y medias verdades disparadas desde el ámbito castrense, tornaron más oscuro e impenetrable el misterio de los misiles chinos.

Este enredo se remonta a octubre de 1997 cuando las FF.AA. recibieron un treintena de misiles tierra-aire HN-5, presuntamente como donación, dentro de un lote de armamento (fusiles y municiones) comprado a China. Desde entonces -según el último informe del Alto Mando al Presidente Rodríguez- los misiles estuvieron depositados en un arsenal del Ejército hasta el año 2000 en que con asistencia de la misión militar de EE.UU. se hizo lanzamiento de uno, prueba que resultó fallida. Otra prueba similar se hizo el 2004 con resultado igualmente negativo.

El informe remarca que no se programaron más pruebas para no poner en peligro la vida de los operadores”. Se dedujo que los misiles estaban fuera de tiempo útil por lo que era necesario proceder a su demolición o desactivación, para lo cual, por carencia en las FF.AA. de personal boliviano capacitado para esta tarea, se pidió apoyo a la Agregaduría Militar de EE.UU. para que verifique el estado de los misiles, desactive o demuela los que se encuentren en mal estado y devuelva los que servían. El 2 de octubre de 2005 miembros de la Misión Militar estadounidense recogieron los misiles del Estado Mayor y desde El Alto “fueron enviados a EE.UU. para su desactivación”.

Otra parte del informe dice: “Ninguna autoridad nacional dio una orden expresa para la salida del país de este material. Se hizo evidente que faltó una coordinación adecuada entre el Ejército y la Agregaduría Militar de los Estados Unidos. sobre la forma de salida y se omitieron elementos procedimentales en la entrega del material:” Finalmente, revela que “el 22 de noviembre de 2005 se inició la devolución de los misiles desactivados”.

Lo dicho en ese informe mueve, primero, a formular algunas preguntas: Habiendo sido los misiles fabricados en China y donados a Bolivia por ese país, ¿por qué no se pidió asistencia de la Agregaduría Militar de la Embajada de China para verificar su estado de utilidad y en su caso proceder a su desactivación o demolición? ¿Quién mejor que los chinos podía realizar esa tarea?. ¿Por qué al Presidente de la República y Capitán General de las Fuerzas Armadas sólo se le mostró una cara de la moneda: la necesidad de demoler o desactivar los misiles chinos por haber fenecido su tiempo útil; ocultándole la otra cara: que los misiles serían entregados a militares de EE.UU. y transportados a ese país para su desactivación, lo cual requería orden presidencial expresa.?.

El Comandante del Ejército y el Ministro de Defensa trataron de explicar esas omisiones, pero se fueron enredando en mentira tras mentira hasta que el Presidente dispuso el relevo del primero y aceptó la renuncia del segundo.

Los misiles chinos, que durante ocho años de su tiempo útil estuvieron durmiendo en el arsenal del Ejército sin matar ni una mosca, tras ser sacados del país y desactivados en EE.UU. explotaron escandalosamente en La Paz tumbando a esas dos altas autoridades, generales ambos, y amenazando tumbar también a una decena de generales y coroneles presuntamente involucrados en ese caso.

Algunos parlamentarios del MAS han anunciado que tras la posesión de Evo Morales como Presidente de la República el caso de los misiles chinos será investigado a fondo para que los responsables sean juzgados y castigados con la pena máxima por “traición a la patria”. Al respecto conviene señalar que no cabe ningún juicio por traición a la patria contra nadie, porque según la Constitución Política del Estado “Se entiende por traición la complicidad con el enemigo durante el estado de guerra extranjera”. En este caso no hubo enemigo ni estado de guerra extranjera, de modo que si se abre algún juicio tendrá que ser por algún otro delito.

Lo bueno es que los misiles chinos, de uno o de otro modo, cumplieron el propósito de su creación: explotar, aunque sólo sea para tumbar a generales.

MINUCIO

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