MARIO D. RÍOS GASTELÚ
Por sexta vez consecutiva se realizará, este año, el Festival Internacional de Música Barroca y Renacentista en Chiquitos, departamento de Santa Cruz. El evento que reúne a los más calificados conjuntos musicales del mundo, es uno de los acontecimientos culturales de trascendencia internacional, pues a través de los anteriores festivales, Bolivia vivió encuentros inolvidables motivados por la presencia de coros, orquestas, conjuntos de cámara y solistas de fama mundial. Pero no sólo es el espectáculo lo que encumbra a estos festivales, sino el hecho de que una de las regiones del oriente boliviano cobró relevancia histórica y cultural con el aporte de investigadores de la música y de la historia relacionadas con las Reducciones Jesuíticas en Bolivia.
MARCO HISTÓRICO
Un breve repaso a la historia de las Reducciones Jesuíticas, nos ubica en el año 1561, con el primer encuentro entre españoles y nativos de las provincias de Chiquitos, territorio en el cual fue fundado Santa Cruz de la Sierra.
En 1691 el gobernador de Santa Cruz decidió entregar los abandonados territorios chiquitanos a la Compañía de Jesús. Este mismo año el sacerdote José de Arce fundó San Francisco Javier iniciando, así, el proceso misionero. A esta reducción se sumaron San Rafael, San José, San Juan Bautista, San Ignacio de Zamucos (ya no existe), Concepción, San Miguel, San Ignacio de Velasco, Santiago, Santa Ana y Santo Corazón.
La labor realizada por los jesuitas se concentró en la fundación de los pueblos chiquitanos conocidos como reducciones, poblados exclusivamente pro indígenas. A esa tarea se sumó la evangelización y la enseñanza de artes y oficios europeos.
Las características de estas reducciones eran paralelas a las que habían sido creada en la región de los Moxos (Beni) distinguiéndose una plaza, un colegio, una capilla, el huerto y el cementerio. La capilla estaba destinada al velatorio de los muertos, pues existían templos para oficios religiosos, ellos fueron construidos con materiales de la zona y sus características se ajustaban a necesidades climatológicas.
Por otra parte, los jesuitas dieron impulso a la enseñanza de la artesanía, orientando a los indígenas en la especialidad de carpintería, alfarería, pintura, talabartería, escultura y otros oficios que concurrieron a construcciones de viviendas y otras necesidades de la región.
En medio de esas actividades, los misioneros encontraron en la música el vehículo ideal para la evangelización de nativos, formando coros y orquestas. Sin embargo no sólo pusieron interés en la ejecución del arte sonoro, sino que también surgieron los compositores y los constructores de instrumentos musicales como órganos y violines, así, cada reducción contaba con una orquesta y un coro.
Toda aquella labor de los misioneros se vio interrumpida en el año 1767 con la expulsión de la Compañía de Jesús, quedando los pueblos aislados hasta el momento del mestizaje ocurrido en el siglo XIX. La provincia de Chiquitos conservó el espíritu artístico y artesanal llegando a ser fundamental para la cultura de Santa Cruz.
En el transcurso del tiempo, las reducciones fueron reconocidas por la UNESCO, como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
LOS FESTIVALES
El primer festival de música barroca y renacentista se llevó a cabo entre el 13 y 28 de abril de 1995. Participaron 14 grupos que ofrecieron 32 conciertos. Participaron representantes de ocho países. Es obvio mencionar el éxito logrado, no obstante de la incertidumbre que caracterizó la primera experiencia. Además, se trazaron límites para mantener este tipo de encuentros y, en primera instancia, se determinó organizarlos cada dos años, de esa manera se lograría interesar a muchos grupos musicales del mundo.
En virtud de lo dicho, los festivales bianuales se cumplieron con la regularidad esperada llegando a cumplirse, hasta el momento, cinco eventos que culminaron con el brillo augurado, lo que hace presumir que el correspondiente al presente año contará con el aporte de calificados conjuntos cultores de la música que caracteriza los festivales,
Sería ocioso mencionar a todos los conjuntos que intervinieron en aquellos festivales, pero cabe mencionar, sólo como una referencia muy sintética a la Capilla Virreinal de la Nueva España (México), Coro y Orquesta de Serrebourg (Francia), Canto Colonial de Curitiba (Brasil, Conjunto Vocal e Intrumental Elyma (Francia), Conjunto Louis Berger (Argentina), Música Ficta (Colombia). Sintagma Musicum (Chile) y unos cuarenta conjuntos más que actuaron en los distintos festivales.
En cuanto al aporte boliviano, es digno mencionar en primera instancia al Coro y Orquesta Juvenil de Urubichá surgido en la parroquia de Guarayos y conducido por el maestro Rubén Darío Suárez. También intervinieron con éxito: Coral Nova, Sociedad Coral Boliviana, Coro Santa Cecilia, Coro Polifónico de la UTO, Conjunto de Cámara de Santa Cruz de la Sierra y otros.
PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO
El urbanismo barroco destinado a las reducciones chiquitanas, ha sido admirado en América por la belleza del estilo y por lo funcional en un clima caluroso con lluvias torrenciales. La planificación para este modelo urbano, contribuye al reconocimiento internacional, pues su planificación se adecua a los ambientes del ecosistema y el respeto a la cultura indígena.
En cada una de las poblaciones de la Chiquitania se puede admirar aquellos monumentos a la cultura. Cada templo muestra la belleza del trazo y lo funcional para los servicios religiosos o, en este caso, como escenarios de conciertos, sin dejar de lado los valores agustinos y socráticos de la ciudad de Dios en la tierra.
Es de destacar que esa belleza barroca que asombra al visitante, particularmente, es todo lo que encierran aquellas construcciones, pues en el interior de esos templos, destaca la habilidad artesanal de los indígenas que fueron orientados por los evangelizadores jesuitas. Cada uno de los retablos, las imágenes sacras las pinturas religiosas y lo que es parte del ornamento de esas pequeñas iglesias, dan una referencia del alto valor creativo de los nativos y la singular capacidad de sus instructores. El turista o el aficionado a las bellas artes, encuentra en estas reducciones piezas de indudable valor apreciadas desde el punto de vista del talento creador. Así, por ejemplo, las imágenes sacras y particularmente los Cristos y las Vírgenes, llevan la carga emocional que toda figura religiosa destella ante la fe de los creyentes.
Los instrumentos musicales tienen un enorme valor, pues han sido construidos de acuerdo a exigencias técnicas para la interpretación musical, dejando de ser meras piezas artesanales.
Así, los pueblos de la Chiquitania y sus famosos conciertos barroco/renacentistas son una de las maravillas que tiene Bolivia y que pone a disposición de los visitantes del mundo.
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