La Asamblea Constituyente se desliza sobre rieles desde ayer, 6 de agosto, cuando fue inaugurada solemnemente con asistencia del presidente, vicepresidente, ministros, altas autoridades de los tres poderes del Estado, enviados especiales de otros países y miembros del Cuerpo Diplomático.
La agenda de la sesión inaugural incluía tres puntos: 1.- Juramento y posesión de la presidenta de la Asamblea Constituyente, Sra. Silvia Lazarte Flores, a cargo de la presidenta de la Comisión Ad Hoc creada para tal efecto. 2.- Juramento y posesión de los once miembros de la mesa directiva de la Asamblea, primero, y luego el juramento y posesión de los 255 constituyentes, a cargo de la presidenta Lazarte.
Tras esa posesión hablaron el vicepresidente Alvaro García Linera y el presidente Evo Morales, coincidiendo ambos en incitar a los constituyentes a dotar de facultades onmímodas a la Asamblea de tal modo que como “poder constituyente” puedan hacer tabla rasa con todo, obviamente dentro de los lineamientos ideológicos del Movimiento al Socialismo.
Así, por ejemplo, García Linera hizo una larga elucubración sobre la democracia a la cual desvalorizó como sistema de gobierno, afirmando que “se ha reducido a un procedimiento para elegir gobernantes”, lo cual no satisface las aspiraciones revolucionarias de las grandes mayoría nacionales que reclaman igualdad en lo económico, en lo político y en lo social, para dejar atrás definitivamente el sistema colonial y discriminatorio que imperó desde hace más de 500 años. Ante esta realidad –según García Linera- se hace imperioso “REINVENTAR LA DEMOCRACIA”, tarea que deberá realizar la Asamblea Constituyente. No dijo nada sobre el mecanismo que tiene en mente para reinventar la democracia. Quizás antes de hacerlo piensa patentar su idea para evitar algún plagio del imperialismo
Evo Morales, por su parte, fue más lejos. Dijo que la Asamblea Constituyente debe atruibuirse poderes plenipotenciarios para refundar el país sin ninguna barrera que frene su avance revolucionario, socialista y comunitario. No puede limitarse a introducir reformas en la Constitución. Su poder tiene que tan absoluto que pueda cerrar el Congreso, relevar al presidente de la República “para lo cual yo pongo a disposición mi cargo” y transformar el poder judicial. En fin, hacer todo lo que demanden los sectores sociales mayoritarios, campesinos y originarios.
No es la primera vez que Evo Morales y García Linera firman leyes con la mano y poco después las borran con el codo, abanicándose en acuerdos legislativos que surgieron del consenso parlamentario.
Según el artículo 3° de la Ley de Convocatoria a la Asamblea Constituyente ésta “Es independiente y ejerce la soberanía del pueblo. No depende ni está sometida a los poderes constituidos Y TIENE COMO UNICA FINALIDAD LA REFORMA DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO”.
Ahora, cuando la Asamblea Constituyente se encuentra en un receso de diez días previo al comienzo de sus sesiones ordinarias, el presidente Evo Morales quien ya impuso a “dedazo” como presidenta de la asamblea a su leal compañera de lucha sindical cocalera Silvia Lazarte, pretende continuar con su ingerencia en la asamblea para convertir a los constituyente masistas en simples levantamanos que aprueben a ciegas las consignas emanadas del Palacio de Gobierno.
No creemos que todos los constituyentes del MAS se dejen llevar de las narices por Evo y por García Linera. Pero eso está por verse.
MINUCIO
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