Friday, April 28, 2006

NACIMIENTO DEL T.C.P.

El Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP) nacerá formalmente este sábado, 29 de abril de 2006, en La Habana donde tres polémicos y revolucionarios gobernantes americanos, Fidel Castro de Cuba, Hugo Chávez de Venezuela y Evo Morales de Bolivia, suscribirán el Acta de Nacimiento como padres y a la vez madres de esa criatura cuyo futuro es incierto en lo comercial, pero promisorio en lo político, según sus impulsores.

¿Qué significación comercial tiene para Bolivia un TCP con Venezuela y Cuba?. Una idea al respecto la da el gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, quien en declaraciones a La Prensa afirma que los mercados de Venezuela y Cuba son dos casos diametralmente opuestos porque el año 2005 Venezuela compró a Bolivia 46 tipos de productos por un valor de cerca de $us 160 millones, mientras que Cuba sólo importó 10 variedades de productos bolivianos por un valor de $us 5.291.

Rodríguez señala que el mercado venezolano, al ser el segundo mayor comprador de derivados de oleaginosas en términos de valores y el primero en volúmenes es muy importante para Bolivia; en cambio Cuba es un país muy pequeño cuyo comercio exterior es bastante reducido. Recuerda también que Bolivia ya tiene un acuerdo comercial con Cuba, lo firmo en 1997 y establece la posibilidad de exportar a la isla 100 productos con arancel cero (oleaginosas, quinua, chancaca, prendas de vestir de algodón y pelos finos, muebles de madera, joyería de plata, entre otros). No obstante –dice- estas preferencias arancelarias no son aprovechadas ni a nivel industrial ni artesanal, porque Cuba es un mercado distante y con poco poder adquisitivo.

Respecto a Venezuela el gerente del IBCE remarca que no sería necesario firmar un TCP para seguir exportando a ese país, ya que pese a haber abandonado la Comunidad Andina de Naciones (CAN) Caracas está obligada a conceder arancel cero por cinco años más a todos los productos de las naciones andinas.

Así, queda claro que en lo relacionado con el intercambio comercial y las exportaciones bolivianas, el TCP no tendrá ningún impacto multiplicador sobre lo que actualmente se tiene en esos rubros.

El mismo canciller, David Choquehuanca, quien se encuentra desde hace días en La Habana, ultimando detalles del tratado, reconoce que “el TCP no es sólo comercial sino que va más allá. Es un tratado de comercio de los pueblos, pero es un espacio de integración; pues, en el marco de la complementariedad tiene que tomar en cuenta la diversidad cultural, la equidad y derecho al desarrollo que reclaman nuestros pueblos”.

Choquehuanca afirma que “la integración que se tiene que dar dentro del TCP tiene que estar concebida como un tipo de relaciones políticas y económicas muy diferentes a las que se establecen en el Acuerdo de Libre Comercio para las Américas (ALCA) y en los Tratados de Libre Comercio (TLC). Tiene que haber una declaración que tome en cuenta las realidades de nuestros pueblos; tenemos que analizar las profundas carencias de servicios básicos, de educación, de salud. Tenemos que ver cómo aprovechamos los recursos naturales, tanto del subsuelo, como del gas, el petróleo y otros; en el desarrollo del potencias agrícola, en la formación de recursos humanos calificados.

Después de leer estas declaraciones del canciller nos parece que el nombre de Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP) le queda un poco chico al documento que firmarán hoy Fidel Castro, Hugo Chávez y Evo Morales. Más apropiado hubiera sido bautizarlo como Tratado de Integración de los Pueblos (TIP) o algo parecido.

Es probable que hoy, cuando den a luz el TCP los tres gobernantes nos den más luces sobre lo que pretenden con ese instrumento tan singular. Estaremos atentos.

MINUCIO

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