El pasado viernes habíamos comentado el problema surgido entre las fuerzas vivas de Potosí y la Corte Nacional Electoral por la reducción de un diputado uninominal a ese departamento, dejando intacto el número de sus diputados plurinominales.
Entonces, dijimos que parecía absurdo permitir la prolongación y agravamiento progresivo de un conflicto cuya solución no sólo era simple y fácil sino también justa y consonante con la democracia. Sugerimos, además, que la Corte Electoral deje atrás su posición negativa y opte por proponer al Poder Ejecutivo una solución mediante decreto, tal como aconteció recientemente en el conflicto por la redistribución de escaños parlamentarios.
Al parecer no hubo necesidad de ningún requerimiento por parte de la Corte Nacional Electoral, pues el Poder Ejecutivo, actuando por iniciativa propia, emitió el sábado un Decreto Supremo que devolvió a Potosí la diputación uninominal perdida y dispuso la reducción de un plurinominal.
Esto significa que Potosí mantiene sus ocho diputaciones uninominales, correspondientes a igual número de circunscripciones electorales, pero aceptando que sus diputaciones plurinominales bajen de siete a seis. Así, gracias a la rápida y oportuna acción del Presidente Rodríguez fue solucionado este conflicto que estaba creciendo peligrosamente, como una bola de nieve cuesta abajo. Los bloqueos de caminos fueron levantados y se restableció la normalidad en ese departamento.
Un efecto colateral y automático de esta solución es que el número de circunscripciones electorales uninominales de todo el país que era de 69 sube a 70, lo que obligará a la Corte Nacional Electoral a disponer una leve ampliación de plazo para inscripción de candidatos en dos provincias involucradas del norte potosino. Nada complicado.
El vocero oficial de la Corte Nacional Electoral informó que la nueva configuración del mapa de circunscripciones “no tendrá ningún impacto en el cronograma ni en las actividades definidas para las elecciones del 18 de diciembre.” Eso es bueno. Tendremos elecciones generales "sí o sí".
Este caso, que tuvo un buen final, tendría que servir como valioso precedente para motivar una reforma constitucional que consagre como “única” la categoría de diputados uninominales y elimine definitivamente del régimen electoral a los plurinominales. La justificación de motivos para esta reforma sería muy simple y de claridad meridiana: Los uninominales son elegidos democráticamente por voto directo de los ciudadanos en sus respectivas circunscripciones electorales, mientras los plurinominales son impuestos “a dedo” por sus partidos políticos para fungir como “levantamanos” dóciles a la consigna sectaria.
Sería un gran avance hacia el perfeccionamiento de la democracia en Bolivia.
MINUCIO
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