¿ MIRICIDIO ?

Cuando un hijo mata a su padre comete parricidio. A la inversa, cuando un padre mata a su hijo comete filicidio. Eso tratándose de personas físicas. Pero, el matar no se da sólo entre las personas, también acontece en el campo político, por ejemplo, cuando el padre de un partido, su creador y jefe vitalicio, decide por voluntad propia poner fin a la vida de su partido. ¿Que nombre podríamos darle a esto?. Podría ser partidicidio, o mejor aún, precisar el nombre del partido en extinción con el aditamento de “cidio”. Si del MIR se tratase, por ejemplo, habría que decir “miricidio”

El tema se actualiza por la noticia de que el jefe nacional del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), Jaime Paz Zamora, declaró que su partido dará un paso al costado en las próximas elecciones generales de diciembre para apoyar al candidato presidencial Jorge “Tuto” Quiroga. quien, según analistas polìticos, también habría cometido “adenicidio” hace poco tiempo cuando dio la espalda a su partido Acción Democrática Nacionalista (ADN) para lanzar su candidatura presidencial como navegante solitario.

Los más sorprendidos con la posición de su jefe fueron los miristas a quienes la declaración del “gallo mayor” les cayó como balde de agua fría en pleno invierno. Todos ellos quedaron desorientados “como gallinas sin huato” en campo abierto. Algunos de sus dirigentes , ante requerimientos periodísticos, se abstuvieron de cacarear y para no dejar preguntas sin respuesta, optaron por emitir tímidos y elusivos pío-píos

Jaime Paz Zamora ha dicho su palabra con tonalidades de responso funerario político, pero eso no significa que sea la última palabra dentro del MIR. De inmediato surgieron ya declaraciones de dirigentes altos y medios cuya disconformidad con la posición de su líder histórico no pudo ser disimulada pese a expresiones cautelosas y prudentes vertidas ante los medios de comunicación.

El MIR es un partido cuya declinación fue notoria en las pasadas elecciones municipales, al igual que aconteció con otros partidos políticos tradicionales, pero esos resultados, fruto de respaldos citadinos a líderes locales, no son parámetro único para medir la fuerza real de los partidos ni sus “pesos específicos electorales” a nivel nacional, los cuales sólo emergen tras el escrutinio oficial total de las elecciones generales.

Las elecciones de diciembre próximo mostrarán esos pesos específicos de los partidos políticos. Si el MIR no participa en la contienda presidencial con candidatos propios, como propone Jaime Paz, no se conocerá su “peso específico” y se habrá consumado el “miricidio” Automáticamente los miristas quedarían, convertidos en “quiroguistas”, con grave desmedro de esa condición galluna que les dio bríos para catapultar su partido al poder pleno, una vez, y al poder compartido durante décadas.

MINUCIO