Thursday, August 18, 2005

TRADEPA...RADEPA...ADEPA...¡ EPA !

A veces me entretengo haciendo ejercicio de exclusión de letras, una por una, en cualquier palabra. Es interesante porque, de pronto, surgen otras que hacen evocar sucesos históricos notables.

Una de las noticias que más polvo levantó en esta semana fue, sin duda, la salida a luz pública de TRADEPA, (Transparencia Democrática Patriótica) que tramita actualmente reconocimiento de personería jurídica como "agrupación ciudadana" ante la Corte Nacional Electoral.

TRADEPA congrega principalmente a militares (no está claro si sólo pasivos o también activos) y civiles allegados a ellos. Su propósito, según dijo el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, es llevar a la Asamblea Constituyente una postura de la institución castrense para lo cual tendrá el respaldo de ésta. En la misma declaración el alto jefe aclaró que si TRADEPA participara en elecciones se convertiría en partido político ante lo cual las FF.AA. "tomarían la distancia correspondiente".

Volviendo al juego de palabras, cuando lo hicimos con TRADEPA, le quitamos la T y nos encontramos con RADEPA. De inmediato recordamos a una logia militar de la década de los cuarentas en el siglo pasado. RADEPA (Razón de Patria) pasó a la historia por su participación en el golpe de Estado del 20 de diciembre de 1943 que derrocó al Presidente Gral. Enrique Peñaranda y lo reemplazó con el Mayor Gualberto Villarroel.

En aquella acción golpista RADEPA actuó codo a codo con el naciente Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) cuyo jefe era Víctor Paz Estenssoro. Dos años y 7 meses duró ese gobierno de facto que tuvo trágico final con el colgamiento del Presidente Gualberto Villarroel en un farol de la Plaza Murillo el 21 de julio de l946. Después de eso, como siempre acontece cuando se cae del poder, radepistas y movimientistas fueron satanizados: los unos dados de baja y los otros exiliados.

Como suele hacerse en el comienzo de algunas películas, creemos oportuno advertir que en esta remembranza histórica "cualquier similitud con nombres, instituciones o personajes del presente, es mera coincidencia".

Sin embargo, nuestro juego de palabras nos llevó a esa evocación y, más aún, a concluir con la palabra ¡EPA! interjección que denota sorpresa, entre otros usos. En verdad, el nacimiento de TRADEPA ha sorprendido a todos y está preocupando a muchos, especialmente políticos y dirigentes de sectores sociales. Se ha convertido en tema polémico del momento.

Sería absurdo pretender que los militares, por el sólo hecho de vestir uniforme, se abstengan de pensar sobre política. La Constitución en su artículo 209 relativo a las FF.AA., tras prescribir que esta institución "es esencialmente obediente, no delibera y está sujeta a las leyes y reglamentos militares", señala que "como organismo institucional no realiza acción política, pero individualmente sus miembros gozan y ejercen los derechos de ciudadanía en las condiciones establecidas por ley."

Entre los derechos constitucionales de la persona se destaca el de "reunirse y asociarse para fines lícitos". Por tanto, si los militares, sean pasivos o activos, se asocian en una agrupación ciudadana con el propósito de lograr representación en la Asamblea Constituyente están en su derecho. Más aún si en en esa asamblea será tratado el Régimen de las Fuerzas Armadas. Al fin y al cabo los "constituyentes" serán elegidos democráticamente por voto popular.

¿De qué otro modo podrían las aspiraciones castrenses ser planteadas y defendidas en una Asamblea Constituyente que es eminentemente deliberativa, cuando la Carta Magna prohibe a esa institución deliberar?. Obviamente, los militares que decidan actuar políticamente deberán primero apartarse del servicio activo.

TRADEPA dará mucho que hablar en adelante y no sería raro que rueden otras cabezas por su causa, siguiendo la misma suerte del ex viceministro de Defensa recientemente defenestrado.

MINUCIO.

Comentarios serán bienvenidos al e-mail chimijhs@hotmail.com