Wednesday, December 21, 2005

EVO EN SU LABERINTO II - TORTA DEL PODER PARA COMPARTIR ENTRE DIEZ

Aunque parezca contradictorio, la mayoría absoluta de votos en una elección presidencial, si bien convierte al ganador automáticamente en presidente electo como es el caso de Evo Morales que obtuvo el 51.5 % de los sufragios en las elecciones generales del domingo pasado, no garantiza que el poder real del nuevo gobernante sea proporcional a esa alta votación.

Antes la gobernabilidad tenía que ser forjada exclusivamente en base a pactos políticos con los partidos poseedores de bancadas parlamentarias. La autoridad presidencial en las regiones se imponía a través de los prefectos que eran nombrados directamente por el Presidente como representantes del Poder Ejecutivo y con rango de Comandantes Generales en cada departamento. Si algunos de los prefectos resultaba respondón el Presidente podía sustituirlo inmediatamente por otro.

Ahora las cosas han cambiado. Además de Presidente de la República, Vicepresidente, senadores y diputados, el pasado domingo 18, en papeleta separada de sufragio, fueron elegidos por voto popular los prefectos departamentales que en adelante estarán revestidos de legitimidad democrática y continuarán ejerciendo el Poder Ejecutivo en sus regiones de una manera semi-autonómica, sin sumisión obligatoria a la autoridad presidencial, como antes.

Tan significativos como el triunfo de Evo Morales para Presidente de la República con el 51.5 % de la votación, son los triunfos de los prefectos en cada departamento, Veamos el siguiente cuadro:
La Paz – José Luis Paredes (PODEMOS) 42.2 %
Cochabamba- Manfred Reyes Villa (AUN) 46.2 %
Santa Cruz- Rubén Costas (APB) 47.6 %
Oruro – Alberto Aguilar (MAS) 38.7 %
Potosí – Mario Virreira (MAS) 39.7 %
Beni – Ernesto Suárez (PODEMOS) 42.9 %
Pando – Miguel Becerra (UN-MAR) 47.7 %
Tarija – Mario Cossio /ERCC) 48 %
Chuquisaca: (Por definirse)

Como se ve el Movimiento al Socialismo (MAS) ganó sólo dos prefecturas, al igual que PODEMOS, las otras seis fueron ganadas por agrupaciones ciudadanas catalogadas como de centro o derecha. Una (Chuquisaca) está aún en disputa voto a voto entre el MAS y PODEMOS.

Esto significa que el nuevo presidente Evo Morales y su partido tendrán que concertar permanentemente con los prefectos departamentales para resolver sin confrontaciones los grandes problemas nacionales y regionales.

Tanto Evo Morales como su vicepresidente Alvaro García Linera y otros altos dirigentes del Movimiento al Socialismo han declarado que su visión de la gobernabilidad ya no pasa por los pactos políticos en el Congreso, ni por dar cuotas de poder a cambio de respaldo legislativo, como aconteció en los últimos veinte años de democracia. Dicen que los movimientos sociales serán la fuente de la nueva gobernabilidad. Lo dicen como un enunciado, sin entrar a detalles de cómo podrán compatibilizar esto con la normativa constitucional vigente.

Aparentemente piensan que la presión de los movimientos sociales podrá neutralizar el poder de los prefectos departamentales, lo cual es dudoso si se considera que las nueve autoridades regionales fueron elegidas por voto popular en porcentajes tan altos como el obtenido por Evo Morales a nivel nacional. El voto fue cruzado.

Además hablando de movimientos sociales está comprobado que éstos son movibles, e impredecibles en su rumbo, como las olas del mar, tan pronto pueden elevar en a un navegante como hundirlo hasta el fondo. Varios “movimientos sociales”, por ejemplo, sin esperar que Evo Morales asuma la presidencia, ya le han dado plazos fatales de 90 a 180 días para que cumpla sus promesas electorales.

La torta del poder tendrá que ser compartida por el futuro presidente con los nueve prefectos departamentales, le guste o no. Concertar o confrontar es uno de los grandes dilemas para Evo Morales en su laberinto.

MINUCIO

- Comentarios al e-mail: boliviscopio@hotmail.com