(CUENTA REGRESIVA ELECTORAL: DIA 10)
Un foro-debate organizado por la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB)se realizó ayer con participación de siete de los ocho candidatos presidenciales. El gran ausente fue Evo Morales, del MAS, fiel a su decisión no debatir con “Tuto” Quiroga ni asistir a foros donde éste aparezca de invitado. Evo está resentido, a tal punto que condiciona cualquier debate con el candidato de PODEMOS a que éste le pida disculpas y se retracte públicamente por haberle vinculado al narcotráfico y al terrorismo.
Durante el foro los candidatos proclamaron sus promesas de bienestar, trabajo y felicidad para el pueblo, con frases hechas que la ciudadanía ya sabe de memoria porque se repiten machaconamente decenas de veces al día en los “spots” de televisión.
La parte novedosa estuvo en las preguntas que se hicieron unos a otros, tratando de ponerse zancadillas mutuamente, reflotando antecedentes negativos del rival, exhibiendo sus debilidades y remarcando contradicciones en sus discursos de ayer y de hoy. Fue un toma y daca de golpes verbales que terminó “sin vencedores ni vencidos” según observadores benévolos, y “francamente aburrido, porque no aportó nada nuevo” según otros.
ALIANZA EVO-TUTO: UN SUEÑO “LOCO” DE PRIMAVERA
Lo que sí nos pareció interesante fue una declaración que dos días antes del foro hizo el presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) quien, medio en serio y medio en broma, lanzó una idea que puede ser calificada de “loca” en el buen sentido de esa palabra, claro está.
Roberto Mustafá, dijo que lo ideal para Bolivia sería que los candidatos Evo Morales del MAS y Jorge “Tuto” Quiroga de PODEMOS, favoritos hasta hoy en las encuestas sobre intención de voto, dialoguen respetuosamente, primero, y luego suscriban un compromiso de respeto a la primera mayoría ligado a un pacto de cogobierno para los próximos cinco años.
Esto implicaría que cualquiera de ellos que obtenga más votos en las elecciones del 18 de diciembre tendría el camino despejado a la Presidencia de la República con el reconocimiento y apoyo del segundo quien no disputaría la presidencia en una elección congresal por haberse convertido automáticamente en aliado del nuevo presidente y cogobernante junto con su partido.
Esta alianza, según el dirigente de los empresarios, despejaría los temores de ingobernabilidad, inestabilidad política y convulsiones sociales de consecuencias imprevisibles, que cualquiera de los triunfadores tendría que confrontar si gobernase en solitario. La paz social quedaría garantizada, posibilitando el normal desarrollo de las actividades en general y del quehacer productivo en particular. Poder Ejecutivo y Congreso cumplirían sus roles de manera coordinada, tomando en consideración exclusivamente el interés nacional.
El pacto Evo-Tuto incluiría un programa quinquenal de cogobierno entre el MAS y PODEMOS basado en la consagración del imperio de la Ley y coincidencias de ambos partidos respecto a la solución de los grandes problemas del país. De esa manera Bolivia podría comenzar a avanzar, trabajando y produciendo, en lugar de retroceder y retroceder como hasta ahora.
Un panorama de ensueño ¿verdad?. Es lo que podríamos calificar como un bello y “loco” sueño electoral de primavera que tuvo el señor Mustafá... Un sueño que la mayoría de los bolivianos quisiéramos que pudiera convertirse en realidad.
Soñar no cuesta nada.
MINUCIO
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