Sunday, October 23, 2005

BOLIVISCOPIO CULTURAL

EL ARTE DE FREDDY BLANCO

Mario D. Ríos Gastelú

La consistencia en los cuadros de Freddy Blanco, tiene por asidero la armonía, el equilibrio y el claroscuro. No es creación de fácil interpretación, como tampoco es sencilla en el tratamiento que reciben sus obras. El éxito de éste artista se origina en la técnica que emplea y la habilidad en los trazos siempre acordes con el propósito del mensaje. Definir una de sus obras dentro de la objetividad, es restar un alto porcentaje al valor de la subjetividad.

Blanco expone sus pensamientos de forma metafórica, de tal manera que la idea central de la obra pueda ser comprendida por la imaginación del observador, de otra forma, la contemplación de sus obras sólo quedaría en la apreciación de las delineaciones en los dibujos o, en otros casos, en las pinceladas con acuarelas en busca de matices, prevaleciendo aquello que encierra directamente la concepción artística a partir del dibujo.

Su trabajo tiende a crear situaciones de equilibrio cuya limpieza formal permite calificar, al artista, de experto en la técnica del dibujo, la que lleva su mano hacia la conjunción de pasiones y sentimientos, todos destacados en cada cuadro. A través de esta producción, nos vemos frente a obras que no se limitan a ser meras pinturas con meros temas -- valedero también para los dibujos —sino que son portadoras de cargas emocionales. Blanco apoya sus ideas en otros conocimientos que hacen posible la antropología de las máscaras, pus en cada una de ellas, la intención va más allá de la figura carnavalesca. El pepino, por ejemplo, no es necesariamente el bufón de las carnestolendas, sino la expresión de estados de ánimo o situaciones que plantea el pintor, como una síntesis de vida y experiencias.

Sin embargo, cabe tomar en cuenta que la máscara no es un capricho, una ocurrencia o una demostración de estados anímicos ajenos, ni la metáfora de “rie payaso” porque, ante todo, el dibujo o la pintura de Blanco, siempre ha reflejado su propio estado de ánimo. Una selección de sus obras nos puede ilustrar mejor, antes que una sola exposición de su trabajo.

La trayectoria de Freddy Blanco está caracterizada por una rigurosa disciplina. Proyecta sus obras de acuerdo a un tema a ser generalizado por el mensaje, de tal manera que ya se vislumbran las series plásticas que marcan, de hecho, las tradiciones o la sabiduría andina. La esencia de Tiwanako está por un lado. La Pachamama recibe el mejor tratamiento artístico. La serie Pepinos amalgama las inquietudes del artista. En su conjunto, todas las obras llevan el esfuerzo creativo del autor impregnadas de pasión personal, sin necesidad de acercar sentimientos ajenos. Así, Blanco, llega al público con la fuerza de sus inquietudes y la inteligencia destinada a la interpretación de la vida.