Monday, October 03, 2005

EL PRESIDENTE ESTA ENOJADO

Si no ocurre algún milagro que impida el aplazamiento de las elecciones convocadas para el 4 de diciembre próximo, hasta fin de este mes Bolivia podría encontrarse nuevamente con la Presidencia de la República vacante.

El presidente Eduardo Rodríguez, sin ocultar su molestia por las maniobras que se realizan en el Congreso para interrumpir el proceso electoral en curso, advirtió que renunciará a su cargo en el momento en que la Corte Nacional Electoral declare la imposibilidad material de realizar las elecciones en la fecha prevista.

Cabe anotar que hasta ahora la Corte Nacional Electoral continúa trabajando de acuerdo al cronograma establecido, con la esperanza de que el Congreso resuelva rápidamente el problema de la redistribución de escaños parlamentarios. Sin embargo, su accionar tiene un límite de tiempo: el 15 de octubre, cuando la Corte tendría que disponer la impresión de las papeletas de voto, para lo cual requiere conocer a ciencia cierta el número de parlamentarios y de circunscripciones territoriales que tendrá cada departamento.

Rodríguez recordó que en su condición de presidente de la Corte Suprema de Justicia asumió el mando transitorio de la nación el 6 de junio pasado, con el mandato de convocar a elecciones y garantizar un proceso electoral imparcial, en cumplimiento del Art. 93 de la Constitución reformado por el Congreso Nacional “que atendió la demanda del pueblo”

“Si hubiese una postergación de las elecciones convocadas para diciembre próximo y la consiguiente transmisión del mando, se estaría incumpliendo el precepto constitucional, la voluntad popular y el mandato para el que fui convocado. De sufrirse esta emergencia mi obligación es regresar a la Corte Suprema. Esa es mi obligación y sabré honrarla”, dijo Rodríguez en su mensaje a la Nación el pasado sábado, poniendo énfasis en que su posición “no es negociable”.

Tras ese mensaje nadie duda que el presidente cumplirá su palabra y dimitirá sin vacilar en el momento en que el proceso electoral se interrumpa.

Lo que preocupa es que hasta este momento no hay indicios de acción en el Congreso para dar solución al problema de la redistribución de escaños parlamentarios conforme a los resultados del censo de población del 2001 y al mismo tiempo evitar una confrontación entre regiones por ese tema.

Más aún, el Tribunal Constitucional tiene en sus manos otros recursos de inconstitucionalidad contra la convocatoria a elecciones generales en diciembre y contra la elección de prefectos. Sus fallos, si declaran procedentes esos recursos, podrían determinar aplazamiento indefinido de las elecciones, al margen del problema de los escaños.

A tres partidos tradicionales en extinción como el MNR, el MIR y NFR que ahora controlan el Congreso, sabiendo que perderán ese control tras las elecciones de diciembre, les interesa más que sobrevenga un aplazamiento de los comicios y mejor si ello da lugar a una dimisión del presidente Rodríguez. En tal caso, la solución política del vacío de poder quedaría en sus manos con la posibilidad de que el MNR con esos aliados retome el poder colocando al presidente del Senado Sandro Giordano en el sillón presidencial.

Lo que no perciben quienes alientan esta “operación retorno del MNR al poder” es que ahora en Bolivia ya no es posible hacerse impunemente del gobierno a plan de zarpazos barnizados de legalidad constitucional.

Si no hay elecciones el 4 de diciembre la convulsión social retornará con más virulencia que antes. Ya lo han anunciado la Central Obrera Boliviana, la Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia y otros movimientos sociales y cívicos del país.

Los partidos que propugnan una sucesión presidencial forzada al máximo, inconstitucional y descabellada, podrían estar cavando su propia tumba.

MINUCIO

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