Tuesday, October 11, 2005

ELECCIONES EN LA CUERDA FLOJA

Precisamente al cumplirse 23 años del restablecimiento de la democracia en Bolivia, un 10 de octubre de 1982, la vigencia sin interrupciones de este sistema de gobierno se encuentra oscilando en la cuerda floja.

Sí. Nuestra democracia está como el equilibrista de circo que aferrando una larga barra, a mucha altura del suelo, avanza paso a paso, lentamente, vacilando, mientras la cuerda se balancea. En esa caminata temeraria el riesgo de caer, estrellarse contra el suelo y perecer es constante…porque no hay red protectora.

La continuidad de la democracia en Bolivia depende de la realización de elecciones generales el 4 de diciembre. Así de simple. Estamos a 50 días de esa fecha y aún no hay certeza de que esos comicios tendrán lugar según el cronograma establecido.

La Corte Nacional Electoral (CNE) continúa realizando su trabajo, como si nada pasara, con la esperanza de que el Poder Legislativo resuelva sin más dilaciones el problema de la redistribución de escaños parlamentarios que mantiene enfrentados a varios departamentos. Esas posiciones regionales son radicales e inflexibles hasta el momento. Nadie cede. Quizás la CNE pueda empujar el proceso electoral unos 10 días más. Si hasta entonces no hay solución el aplazamiento de las elecciones será inevitable.

El Poder Legislativo está empantanado, porque los diputados y senadores actúan cumpliendo el mandato de sus comités cívicos regionales. Varias bancadas han advertido que se “replegarán” a sus distritos si alguna decisión congresal les resultase perjudicial. En Santa Cruz, además, han surgido voces que amenazan independizar de Bolivia a esa región si no aumenta su número de diputados.

El Poder Ejecutivo está desplegando toda su capacidad de persuasión, promoviendo encuentros con autoridades del Congreso, líderes políticos y dirigentes cívicos, instándoles a deponer intransigencias y ceder algo todos, para lograr una solución de consenso que posibilite la realización de las elecciones en diciembre. La Iglesia Católica, por su lado, hace lo mismo.

Los partidos políticos han iniciado cautelosamente sus campañas proselitistas, porque temen que el gasto sea insulso si se suspenden o aplazan las elecciones.

Para colmo de males el Tribunal Constitucional tiene que pronunciar sentencias sobre otros recursos de inconstitucionalidad contra las convocatorias a elecciones generales y de prefectos. Se espera que en una semana salgan esos fallos que si favorecen a esos recursos significarían golpe mortal a las elecciones.

En medio de este descomunal embrollo, que no permite vislumbrar ninguna luz al final del túnel, la ciudadanía se mantiene a la expectativa, sumida en total incertidumbre.

A 23 años de su restablecimiento la democracia en Bolivia tambalea. Si no hay elecciones podría derrumbarse, siendo impredecible lo que vendría luego. ¡Que Dios ilumine a los actores de este drama!.

MINUCIO

- Comentarios al e-mail: boliviscopio@hotmail.com