El gobierno paraguayo estuvo a punto de retirar a su embajadora en La Paz, ayer, en protesta por declaraciones vertidas un día antes por el viceministro de Gobierno, Rafael Puente, quien abrió la boca y metió la pata cuando afirmó que el presidente Evo Morales había sido "engañado" por su homólogo paraguayo Nicanor Duarte en un caso de refugiados.
Este incidente diplomático surgió precisamente cuando el ministro de Defensa, Walker San Miguel, estaba de visita en Paraguay con el propósito de mejorar las relaciones bilaterales y disipar susceptibilidades que habían surgido en Asunción ante el proyecto boliviano de construir, con apoyo venezolano, un moderno fortín militar en la zona fronteriza.
Una rápida satisfacción pública de la Cancillería boliviana, aclaró que lo dicho por el viceministro Puente tuvo carácter estrictamente personal, por lo cual no refleja ni el sentir ni la posición del gobierno. Esto evitó que la embajadora paraguaya retorne a su país, lo cual hubiese empeorado las relaciones bilaterales ya enturbiadas por el proyecto del cuartel fronterizo.
Además de esa oportuna explicación al Paraguay, el presidente Morales ordenó al viceministro Puente que cierre la boca y se abstenga de hacer ninguna declaración a la prensa. No se sabe si esa prohibición es momentánea, referida sólo al tema del supuesto engaño por un presidente a otro, o permanente, lo que inhibiría al viceministro de Gobierno de hablar en adelante sobre los asuntos de gobierno, valga la redundancia.
Por tanto, si Rafael Puente no renuncia y acepta el castigo, tendríamos al primer viceministro "mudo" dentro del Poder Ejecutivo. Esto, viéndolo bien, no es del todo malo... y hasta podría resultar bueno para evitar un cúmulo de problemas que recaen sobre el gobierno cada vez que algunos ministros o viceministros abren la boca y meten la pata.
El supuesto "engaño" de Nicanor Duarte a Evo Morales se relaciona con una controversia del pasado reciente entre Asunción y La Paz por el status de refugiados que el gobierno boliviano otorgó a dos súbditos paraguayos sindicados de haber participado en el secuestro y muerte de Cecilia Cubas, hija del ex presidente del Paraguay Rafael Cubas. Ambos acusados alegaban ser perseguidos políticos, lo cual posibilitó su acogida como refugiados.
Esa condición de refugiados fue revocada tras un encuentro Duarte-Morales donde se tocó el tema y luego de que el gobierno paraguayo enviase a la cancillería boliviana documentación con historiales delictivos de los sindicados. Según Puente tal documentación fue fraguada en Asunción, pero dio lugar a la revisión del proceso por orden del presidente Morales quien no dudó de la palabra ni de los papeles ofrecidos por el gobierno paraguayo. Ahí estuvo el engaño, según dijo.
Nadie se explica por qué al viceministro Puente -hombre que tiene fama de serio y prudente- se le ocurrió hacer estas "revelaciones" extemporáneamente, cuando el asunto estaba ya fuera de actualidad y casi olvidado, por ser desconocido el paradero de los dos paraguayos que habían fugado de Bolivia, cual almas que lleva el diablo, tras la revocatoria de su status de refugiados.
Bueno...al mejor cazador se le va la liebre, ¿verdad?.
MINUCIO
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