Un paro cívico conjunto se cumplió ayer en los departamentos de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando, cuyos comités cívicos condenan la intromisión del Poder Ejecutivo en la Asamblea Constituyente y exigen el cumplimiento de la Ley de Convocatoria que le dio origen con señalamiento claro de su naturaleza, su composición, su misión específica, su tiempo de duración y el sistema de voto (dos tercios) que debe aplicarse para la aprobación del texto de la nueva Constitución Política del Estado.
Como ya es tradicional en estos paros departamentales su desarrollo da lugar a dos balances, siempre contradictorios: Uno sustentado por los entes cívicos promotores que lo consideran "exitoso y contundente". Otro del gobierno que lo tacha de “fracaso rotundo”
Eso aconteció ayer cuando, al cabo de la jornada, los cuatro comités regionales involucrados en esa medida de presión la calificaron de "existosa e histórica" porque, a diferencia de paros anteriores de carácter meramente reivindicativo en lo económico y social, esta vez se hizo reclamando la vigencia plena del estado de derecho, en defensa de la democracia y exigiendo respeto gubernamental a la Constitución Política del Estado y a las leyes.
Los comités cívicos de esos cuatro departamentos, cuya vocación autonomista se puso de manifiesto con el triunfo de SI en el referéndum autonómico del 2 de julio pasado,. no aceptan que el gobierno y el partido oficial "pateen el tablero", ignoren la Ley de Convocatoria a la Asamblea Constituyente, y pretendan cambiar autoritariamente y a su antojo las reglas de juego establecidas en esa ley que fue aprobada por consenso de bancadas parlamentarias en el Poder Legislativo y promulgada con solemnidad por el presidente Evo Morales.
El otro balance proviene del gobierno. Evo Morales y sus ministros, al unísono, calificaron el paro en las cuatro regiones de "fracaso para los grupos oligárquicos". Según la versión oficial "fue un paro forzado, obligado, en que se acudió a mecanismos de intimidación para que la población se sume aunque no esté de acuerdo". Dijeron que esa medida de presión está promovida por la oligarquía derechista que busca impedir la Asamblea Constituyente. La propaganda gubernamental mediante spots televisivos repetía clamorosamente que es un paro "de los ricos contra los pobres".
Lo cierto es que el paro se cumplió en los cuatro departamentos. Enfrentamientos de corta duración se produjeron en tres de ellos, Santa Cruz, Tarija y Pando, donde se registraron algunas batallas campales a pedrada limpia, patadas, puñetes y chicotazos entre grupos juveniles de masistas y de adherentes al movimiento cívico. Gasificaciones oportunas de la policía impidieron que la violencia pase a mayores. El saldo de las escaramuzas fue de algunas cabezas rotas por impacto de piedras y decenas de contusos leves. En el Beni la jornada transcurrió pacíficamente, sin incidentes.
Al margen de esa controversia discursiva entre autoridades y cívicos al hacer sus balances del paro, éste tuvo un efecto esperanzador en la Asamblea Constituyente donde momentáneamente se frenó la "aplanadora" masista que ya estaba funcionando en la aprobación del Reglamento de Debates.
Bancadas del oficialismo y la oposición abrieron diálogo en procura de una fórmula de consenso que podría consistir a adoptar transitoriamente el Reglamento de Debates de la Cámara de Diputados, a fin de superar el estancamiento actual y avanzar en la elaboración de una nueva Constitución Política del Estado. Tal posibilidad se mantendrá latente hasta el miércoles de la próxima semana cuando volverá a sesionar la Asamblea Constituyente.
Esta pequeña luz al final del túnel ha dado lugar a una tregua por parte de los cuatro comités cívicos los cuales, sin hacerse muchas ilusiones sobre un cambio de actitud masista, esperarán la reanudación de sesiones de la Asamblea Constituyente para ver se si abre o no paso al diálogo y al consenso.
"Si se sigue queriendo imponer la voluntad de un solo partido político a toda Bolivia, tendremos que seguir luchando. Les aseguro que lo haremos" dijo German Antelo, presidente del Comité Cívico de Santa Cruz.
Así están las cosas. La esperanza es lo último que se pierde. Veremos qué pasa la próxima semana
MINUCIO
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