Sunday, September 24, 2006

UMPE rinde homenaje a poetas orureños

MARIO D. RÍOS GASTELÚ

La Unión Nacional de Poetas y Escritores , filial Oruro, editó su anuario que recoge lo más sobresaliente de doce meses de trabajo, dando lugar a una producción en tres géneros literarios.

El ensayo, la poesía y la narrativa, toman cuerpo y generan mensajes, como una prueba de entrega a cada una de las especialidades.

Esta edición está dedicada a la poetisa orureña Laura Villanueva Rocabado (1912-1982) quien diera prestigio al seudónimo de Hilda Mundy.

Abre sus páginas con el ensayo de Alberto Guerra Gutiérrez (1930 - 2006) uno de los polifacéticos intelectuales bolivianos que dedicó sus vida a la enseñanza, la difusión y la creación literaria. En la oportunidad, el enfoque de Guerra está dirigido a repasar la historia de la poesía orureña.

Su conocimiento del género nos ubica en la poesía primitiva, al mencionar al bardo José Alcina Franch autor de Floresta Literaria Indígena. Gutiérrez sostiene en el ensayo, que los pueblos primitivos pueden crear formas literarias aún sin conocimientos de la escritura, o sea que el autor del ensayo, confirma su tesis en la literatura oral, medio de difusión de los pueblos “ágrafos” adosados a mitos o creencias religiosas que no sólo dieron paso a la poesía, sino a otras disciplinas culturales.

Como ejemplo transcribe un poema que en una de sus estrofas dice: Dadnos Pachamama, los doce pastos / que necesitamos y tú protégenos Sajama / Mallku poderoso de las montañas, ¡De la pampa, de los ríos y los lagos!. Con varios ejemplos, enfoca otras referencias primitivas, confirmación de la existencia de aquella poesía primigenia.

Un segundo estudio está dedicado a la época colonial, de la cual no encontró antecedentes de poesía orureña, pero sí temas folclóricos divulgados en la popularidad de canciones anónimas que, en una suerte de referencia más concreta, también tenía tinte religioso, particularmente en una devoción a la Candelaria, Virgen del Socavón y patrona de los mineros. Los versos de una de las estrofas dicen: Venimos desde el infierno / a pedir tu protección, / todos tus hijos los diablos / Mamita del Socavón.

En el periodo republicano, época en la que Bolivia tuvo figuras estelares de la poesía, Guerra menciona a Mariano Ramallo. Años después aparece la poetisa Genoveva Jiménez.

Vencida la mitad del siglo XIX, los nombres de Víctor Zaconeta y José Encinas Nieto, proyectan su poesía al siglo siguiente donde se ubica a la vanguardia el orureño Antonio José de Sainz.

Tras la primera Guerra Mundial, llegan a Bolivia las corrientes de vanguardia y, en ellas, destaca la pluma del poeta Luis Mendizábal Santa Cruz. Más tarde serán los nombres de Rafael Ulises Peláez, José Guzmán Cruchaga, Laura Valdivieso, entre otros, los que delinean la poesía del momento.

Alberto Guerra es minucioso en el ensayo. Ubica su investigación en el año 1945 en que se dan a conocer varios poetas jóvenes que dieron renombre a las letras de Oruro. Por cierto que en ese grupo también está Alberto Gutiérrez, la recordada Alcira Cardona y con ellos Héctor Borda Leaño, Ricardo Lazo Reyeros, Humberto Jaimes Zuna, Fernando Berthín Amengual, José María Miranda, Hugo Molina Viaña y Jaime Zabaleta Meneses, Ramiro Condarco Morales.

Finalmente, Guerra, cita a los poetas Walter Fernández Calvimontes y Leticia Fajardo, como exponentes de la poesía revolucionaria, social o de compromiso, entre otros adjetivos.

OTRAS PAGINAS

La poesía recoge el pensamiento de los días actuales. Figuras ya conocidas en el ámbito nacional, concurren a las páginas del anuario con lo último de su producción.

El romanticismo no pierde el rumbos y acentúa el sentimiento de la nostalgia, evocadora de días ilusorios. Allí está Míriam Montaño Némer con Octubre de amor, Tu esencia, Eres, Fiebre de rocío, entre otros poemas, que tienen por invitado al amor: Tu erotismo viviente, / estremecido en ardor / ha llegado –único-- al cenit de mi vientre.
Marlene Durán Zuleta dedica un poema a la artista orureña Agnes Sainz de Franck y en la primera estrofa escribe; Son las veladas del insomnio / que me vuelven a la luz /cierro los ojos / para no recordar nada / para no sufrir por la lluvia/ que cae.

Otro poema está dedicado a Juan Siles Guevara: En el tiempo. La poetisa Durán completa su aporte con los versos: En esta hora de decisiones sin lamentos, Oruro.
Benjamín Chavez lleva los versos de su poema Entreacto, en una versión fragmentada: 4- Sitios visibles / los más invisibles. 7 Designado / el yermo / trazada la ruta / agotarse / en sí mismo.

Jorge Encinas Cladera es otro de los poetas orureños, cuya frecuencia se observa en publicaciones literarias. Cinco de sus creaciones pueden ser apreciadas en el anuario: Recuerdos, La eterna cabalgata, Nocturno / Nana. Fábula. En la primera estrofa de Fábula escribió: Aunque el alma os duela / en la grande tristeza, / pensad en la desgracia con gran pereza. / Sonreíd a la vida, ella es opaca / sonreíd a la luna que no se escapa.

Tres poemas corresponden a Freddy Sanginés Montan: y ¿El amor?, Primer amor, Apasionado..

Sergio Gareca Rodríguez incluye siete poemas: Arrullo del miedo, Clara evidencia, Testimonio del moribundo interior, Antes de dormir, Poema N° 5, Día de la raza, A estas horas.

Finalmente, el espacio destinado a los bardos, se cierra con un poema en prosa de Julia Guadalupe García Ortega: Meliágines.

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