La milagrosa y santísima Virgen de Copacabana, cuyo famoso Santuario se levanta a orillas del Lago Titicaca, está bloqueada desde hace dos semanas debido a un conflicto que involucra a tres partes: los campesinos comunarios de la Provincia Manco Kapac, la Orden Franciscana que tiene a su cargo el manejo del Santuario, y los vecinos del pueblo de Copacabana quienes, junto con autoridades del lugar, discrepan con las otras partes y formulan sus propias demandas.
Una hospedería adyacente al santuario, destinada a albergar peregrinos de escasos recursos, es la manzana de la discordia en este pleito que no se resuelve pese a los esfuerzos conciliadores realizados por el Ministerio de Gobierno, la Prefectura de La Paz y el Defensor del Pueblo, en procura de diálogo tripartito y soluciones. Nadie se entiende con nadie.
Esa hospedería fue administrada por los religiosos franciscanos desde hace años hasta hace poco tiempo cuando los campesinos la invadieron y se apropiaron de ella. La Iglesia Católica presentó un recurso de amparo constitucional ante la Corte Suprema de Justicia que emitió un fallo confirmando el derecho propietario de la iglesia sobre la hospedería. En cumplimiento de este fallo la policía judicial desalojó de ese inmueble a los campesinos ocupantes cuyas organizaciones se movilizaron y dispusieron el bloqueo de caminos indefinido en la provincia Manco Kapac, como medida de presión.
El bloqueo de caminos mantuvo aislado al pueblo de Copacabana durante diez días hasta el sábado pasado cuando fue levantado tras un convenio entre los campesinos y la comisión gubernamental, sin tomar en cuenta a la Orden Franciscana ni a los vecinos del pueblo. El convenio establece que se tramitará la revocatoria del fallo judicial ante el Tribunal Constitucional a fin de otorgar a los campesinos el derecho propietario de la hospedería.
Este convenio motivó un rechazo tajante por parte del pueblo capacabaneño cuyas autoridades se declararon en huelga de hambre y mantienen su ayuno exigiendo al Poder Legislativo una ley que transfiera el predio de la hospedería en favor de la alcaldía de Copacabana para ser destinada a una universidad técnica y museo artesanal turístico. Además piden la construcción de un aeropuerto y un camino alternativo para no quedar aislados del mundo en casos de bloqueo campesino.
La Iglesia Católica se mantiene al margen de este enfrentamiento y mantiene un silencio prudente, confiando en que el problema encontrará solución en el ámbito judicial.
Así, no obstante haber cesado el bloqueo de caminos, el pueblo de Copacabana se mantiene sin movimiento turístico ni comercial, esta vez debido a la huelga de hambre de autoridades y dirigentes cívicos. Aunque los caminos están expeditos ningún turista se atreve a pasar por ahí.
La santísima Virgen de Copacabana continúa bloqueada dentro de su Santuario, sin peregrinos ni devotos que acudan a pedir sus favores o milagros.
Está visto que ante el descomunal despliegue de irracionalidad colectiva en la Provincia Manco Kapac y en el pueblo de Copacabana, irracionalidad que parece haber afectado por contagio a las autoridades, Defensor del Pueblo incluido, no hay milagro que valga.
MINUCIO
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