Tuesday, September 26, 2006

Magia China en el Palacio de Gobierno

El diccionario Larousse dice lo siguiente sobre la palabra MAGIA: "Arte fingido de producir por medio de operaciones extraordinarias y ocultas, efectos contrarios a las leyes naturales// Magia Negra, la que tiene por objeto la evocación de los demonios// Magia Blanca, arte de producir ciertos efectos maravillosos en apariencia, debido en realidad a causas naturales."

No dice nada de la Magia Amarilla o Magia China, quizás porque antaño ella sólo se practicaba detrás de la Gran Muralla, en los palacios imperiales de Pekín, sin posibilidad de expandirse al mundo. Pero, en estos tiempos de comercio sin barreras, tal aislamiento se disipó. Ahora China es uno de los mayores productores y exportadores de todo lo imaginable. En su amplia oferta de mercaderías no figura la Magia China, pero que se exporta...se exporta, aunque sea de contrabando.

De eso nos enteramos esta semana, cuando salió a luz la noticia de que, como por arte de magia china, se había producido hace dos meses un suceso extraordinario, casi milagroso, en el Palacio de Gobierno de La Paz.

Emulando a esos magos que meten en su sombrero una paloma y tras decir ¡Abracadabra! sacan por las orejas a un conejo de castilla, algún demonio amarillo -hasta ahora no identificado- hipnotizó al presidente Evo Morales, al canciller David Choquehuanca, a la ministra de Gobierno, Alicia Muñoz, y a todo el equipo ministerial para que aprueben y firmen -18 de Julio- el Decreto Supremo 28801 que reincorpora a la República Popular China en el Grupo II de la Lista de Exoneración y Extensión de Visas. Esta disposición permite a la embajada de Bolivia en China otorgar visas, sin previa consulta a la Cancillería de La Paz.

Lo mágico y extraordinario de este suceso radica en que ni el presidente ni los ministros se percataron de que al estampar sus firmas en ese documento en realidad estaban borrando con el codo lo que habían firmando con sus manos dos meses antes: el Decreto Supremo 28692, de 26 de Abril, el cual transfirió a la República Popular China del Grupo II (países que requieren visa sin consulta) al Grupo III (países que requieren visa con consulta para el ingreso a Bolivia).

En las actuaciones teatrales de magos hemos visto a grupos de espectadores que son hipnotizados colectivamente, estado en el cual hacen payasadas a pedido del mago quien, finalmente, les ordena que olviden todo lo acontecido cuando vuelvan a la realidad luego de un chasquido de sus dedos.

En el caso del contra-decreto sobre visas a chinos esa amnesia colectiva se apodera del equipo gobernante cada vez que los periodistas piden una información sobre lo sucedido. Ninguno de los ministros sabe nada, ninguno recuerda nada, nadie da una explicación coherente. Casi todos se hacen a los osos…con perdón del noble plantígrado

El único que no ocultó su indignación fue el canciller Choquehuanca quien, al ser preguntado sobre la parte considerativa del contra-decreto que dice: "A solicitud del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, es necesario actualizar la Lista de Exoneraciones y Excensiones de Visas para el ingreso a Bolivia..." sin disimular su enojo, dijo: "No fue la Cancillería la instancia que solicitó el decreto de julio." Además, para no dejar ninguna duda sobre su posición, añadió: "La Cancillería sí propuso el decreto de 26 de abril que endurece la petición de visas para Bolivia en China."

Otros que guardan mutismo son los varios viceministros y asesores legales de la Presidencia, por cuyas manos pasan todos los proyectos de decretos supremos para ser revisados minuciosamente antes de ser pasados a consideración del gabinete. La gran contradicción debía haber sido detectada por alguno de ellos. Pero a todos se les pasó...o la dejaron pasar.

Lo cierto es que un impenetrable misterio rodea a este caso extraordinario y nada hace suponer que se esclarezca.

Por ello, para poner punto final, nada mejor que atribuir este extraordinario suceso a MAGIA que según Larousse –repetimos- es el"arte fingido de producir por medio de operaciones extraordinarias y ocultas, efectos contrarios a las leyes naturales".

MINUCIO

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